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sábado, 24 de mayo de 2014

Peralta-Azkoien es el pueblo donde yo nací, un 7 de marzo de 1957. 
Situado en la Ribera Alta de Navarra, en la comarca del Bajo Arga, limita al norte con la localidad de Falces, al sur con Azagra y Funes, al este con Marcilla y Caparroso y al oeste con Andosilla y San Adrián.
El término ocupa una superficie de 89 Km², con una población de 5.975 habitantes en 2013 (fuente: Instituto Nacional de Estadística)
El río Arga cruza el municipio de norte a sur, que actualmente está canalizado para evitar las históricas riadas. Su cauce natural o madre vieja forma meandros en los que se asientan varios bosques de ribera o sotos, entre los que destaca el Soto de Abajo.
La parte oriental de Peralta se caracteriza por los campos dedicados a labores agrícolas y viñedos, y la parte occidental se dedica principalmente a pastos, destacando la Dehesa de San Silvestre.
La zona septentrional es la más escarpada, con la Sierra de Peralta, destacando el monte Casanueva de 468 metros como cota máxima.
El núcleo originario de la villa se formó en lo alto del monte Calvo (409 m.). Con el tiempo sus habitantes fueron construyendo sus caseríos hasta ocupar la llanura existente entre las faldas de la sierra y la orilla derecha del río Arga.


El Campanar de Peralta. Foto: Sergio Urra.

Toponimia

El nombre de Peralta es de origen romance y hace referencia al primitivo emplazamiento de sus caseríos junto a la escarpada roca en cuya cima estuvo el castillo medieval de la Atalaya, del que sólo quedan algunos vestigios arqueológicos.
Sus diferentes denominaciones aparecen en diversos documentos antiguos como "Petra Alta", "Petralta" (1036, 1048, s. XIII), "Pedralta" (1257, 1350) y "Peralta" (1268, 1280, 1330, 1350, 1591)



Se nombre euskérico "Azkoyen" es una traducción literal del romance "petra alta", formado por la raíz (h)aitz (piedra) + goien (alta). Según el historiador Julio Alradill, pudo copiarse del topónimo medieval Aezkoyen localizado en Abárzuza.
Finalmente, la Real Academia de la Lengua Vasca (Euskaltzaindia) propuso "Azkoien" como nombre en euskera de la localidad, pasando a ser uno de los escasos topónimos vascos que se conservan en la Ribera navarra. 
Desde 2009 forma parte como nombre oficial de la villa junto con el nombre en castellano de Peralta.


Patrimonio civil

El trazado urbanístico de la parte antigua de Peralta así como las fachadas y elementos arquitectónicos de las casas son del típico estilo de los pueblos del sur de Navarra.

Destacan algunos monumentos civiles como la Atalaya situada al borde del precipicio junto al río, que data del siglo X; el Campanar, una torre del siglo XVIII que destaca en el paisaje urbano y que constituye el símbolo de la villa junto con el puente sobre el río Arga; el Portil de Lobos, o puerta por la que se accedía al recinto prerrománico situado en la parte alta del monte, el palacio Duque de Montesa y el palacio barroco del siglo XVIII ubicado en la calle Mayor.









La Iglesia Parroquial

La nueva parroquia de San Juan Evangelista es del siglo XIX, con portada de alzados majestuosos, recientemente rematada por dos nuevas torres que formaban parte del diseño original.
Constituye uno de los edificios greco-romanos más emblemáticos de Navarra. Su fachada principal, desprovista de adornamientos, sigue los cánones neoclásicos de equilibrio y sobriedad. El pórtico está formado por dos enormes columnas de estilo toscano que soportan el frontis. El efecto conseguido añade un porte de elegancia a su entrada al templo.
En su interior se guarda uno de los mejores retablos navarros del siglo XVIII, una valiosa colección de orfebrería que incluye el relicario gótico de San Blas, así como una arqueta eucarística de estilo barroco.


Casa Parroquial

De la casa parroquial destacamos su interesante fachada que da a la Plaza de los Curas. En su interior se guardan varias obras de arte entre las que podemos citar una pintura sobre tabla de Jesucristo con la Samaritana del siglo XVII, un lienzo del entierro de San Sebastián del año 1632, un crucificado romanista, y una imagen de la Virgen del Carmen.



Palacio Duque de Montesa

Este edificio barroco del siglo XVIII, también conocido como "Palacio de los Carambotas", está ubicado en una plazoleta al lado de la iglesia parroquial de San Juan Evangelista. Su construcción es de ladrillo, compuesto en tres niveles y ático, con balcones adintelados, estando los superiores enmarcados en trazos geométricos con dovelas.
El ático está formado por una galería de arquillos dobles entre pilares, con placas colgantes. Sobre el tejado sobresale una linterna también de ladrillo que alumbra la escalera interior, formando un prisma octogonal articulado por pilastras pareadas en los vértices y decoradas con motivos geométricos




La Calle Mayor

La Calle Mayor en sus mejores tiempos fue la arteria principal del conjunto urbano, y a su alrededor se localizaban los gremios que daban actividad a la villa; de ahí el testimonio del nombre de algunas de sus calles que se asoman en trazados perpendiculares, como por ejemplo la calle Verdura, Carnicerías, Tejedores, etc.
Las casas más antiguas son de época barroca, con hermosas fachadas de ladrillo rematadas con  áticos de galerías de arquillos, y embellecidas con escudos que atestiguan el origen noble de las familias que las construyeron.


Algunas modificaciones llevadas a cabo con el propósito de mejora y modernización han eliminado elementos arquitectónicos primitivos, pero han conservado blasones y elementos ornamentales, con un resultado final que embellece el entorno desde un punto de vista arquitectónico.  




En el tramo que discurre desde el puente hasta la plaza de los Fueros se encuentra un palacio barroco del siglo XVIII construido en esquina, de tres cuerpos de ladrillo y un ático doble con arquillos de medio punto. En el ático inferior se incluyen óculos en los antepechos y en el superior la galería se remata con dobles arquivoltas. En su interior se conserva una escalera trazada en cuatro pisos con arcos de medio punto suspendidos, acabando en una cúpula gallonada de base octogonal.




La Atalaya

Conjunto arquitectónico comprendido por un complejo de ruinas en el que se encuentra un antiguo castillo, una torre, la ermita de Santa Lucía, el Portil de Lobos, la Puerta Falsa y el Pozo de los Moros. Se trata de una antigua construcción medieval de carácter militar desde la que se dominaba todo el entorno.
Por los últimos trabajos arqueológicos realizados por la empresa Navark se sabe que el castillo tenía al menos dos plantas y un paso de ronda para vigilancia. Sus muros datan de los siglos XII al XV y sus paredes medían hasta dos metros de espesor. Construido con yesos, tejas y mortero, el castillo real contaba con estructuras de madera y lucidos de color blanco. Se ha descubierto también una torre orientada hacia el valle del río y una habitación con un horno de pan.
Según Mikel Ramos, esta fortaleza se utilizó como refugio para el alcaide del rey García "El Restaurador" y su guarnición.

La atalaya fue destruida en el año 924 y, dada su importancia estratégica, reconstruida pocos años después.
Los vestigios se conservan en buen estado y son de especial interés por ser los únicos de estas características defensivas en la Península ibérica. En su parte sur existe un aljibe y un pozo vertical (Pozo de los Moros) que comunicaba el recinto con la orilla del río. Se cree que este pozo pudo haber servido como galería de escape en caso de invasión de tropas enemigas.


La torre de la Atalaya




La ermita de Santa Lucía


El muro donde se ubica la Puerta Falsa


El Campanar

La torre campanario de Peralta, construida al abrigo de la peña, realza y completa el conjunto arquitectónico de la villa. 


Fue en el Barroco tardío, en la primera mitad del siglo XVIII, cuando se dotaron a las iglesias de Navarra de estas torres que aportaban prestancia y esbeltez a las poblaciones.
Sus construcciones añadieron ingentes gastos a las arcas de sus ayuntamientos, por lo que denotaron un período de pujanza económica.


Los materiales empleados diferían dependiendo del lugar. Así, como en los pueblos de la Ribera abundaban las arcillas, el ladrillo cocido fue el medio principal de construcción.
El Campanar guarda relación con un grupo de torres que se levantaron en algunos pueblos de la Rioja Baja, pues los arquitectos pertenecían a la familia Raón de Calahorra. Su estilo está influido por las torres campanario de San Lorenzo de El Escorial, y se asemeja a las construidas en Aldeanueva de Ebro, Autol, Rincón de Soto y Alfaro, entre otras.

Un poco de historia

En la parte más alta del núcleo urbano están las ruinas de lo que fuera la original parroquia de San Juan Evangelista. Por documentos antiguos se sabe que en 1565 se estaban realizando las obras de construcción de un edificio de estilo gótico-renacentista del siglo XVI, que se terminó en 1592.
Existía una vieja torre llamada de San Juan que se hallaba separada de la iglesia y su estado era ruinoso. Consistía de cuatro paredes de tierra y yeso, del mismo tipo de material con el que estaba construida la Puerta Falsa en lo alto del monte, y tenía un reloj de sol.
Ya en el siglo XVIII se construyó una nueva torre adosada a la vieja iglesia, el actual Campanar, que constituye uno de los dos símbolos reflejados en el escudo de la villa.
El estado ruinoso de la primitiva iglesia fue el motivo de su abandono. Tenía una gran nave con capillas laterales entre sus contrafuertes, y cabecera poligonal cubierta por bóvedas góticas sobre médulas cilíndricas.
Los elementos litúrgicos de esta iglesia se trasladaron a la nueva parroquia de estilo neoclásico.


Actualmente sólo se conserva en pie la nueva torre campanario. La primera fase de construcción fueron los cimientos formados por un basamento de buena piedra de Pitillas hasta la altura del primer usamento; el resto es de ladrillo con varios cuerpos prismáticos que van decreciendo hasta acabar rematando en un prisma octogonal que aloja las campanas. Todo este conjunto guarda un orden arquitectónico toscano, con columnas que se apoyan sobre la base, fuste prismático y capiteles de tres piezas. Sus caras contienen bases de pilastras cajeadas y van adornadas con labores de tipo geométrico, con pedestales con bolas situados a los pies y en el coronamiento.



En la declaración del costo de la cantería de la torre se describe una evaluación detallada de los trabajos de albañilería y de los materiales empleados, entre los que destacan los 208.000 ladrillos que llegaron a costar un importe total de 18.720 reales, así como otros 15.000 ladrillos de moldura que añadieron otros 1.860 reales a un coste total de la obra de 26.840 reales.- Datos recogidos del libro "Edificios, Instituciones y Costumbres Peraltesas" de Jaime Sánchez Osés y Máximo Gil Azparren.




El Puente

Se desconoce el nombre del constructor de viejo puente, aunque popularmente se atribuye a los romanos. En tiempos del rey Carlos III, hacia 1403, se documentó la necesidad de su reparación por su estado ruinoso. A inicios del siglo XV el puente adquirió una importancia de primer orden para las comunicaciones; es posible que por entonces ya tuviera los basamentos actuales de once arcos con ojos apuntados y de medio punto.
Los arcos de medio punto en su parte central pertenecen a una reforma de finales del siglo XVII. 








Panorámica de Funes desde el puente de Peralta.

El Río

El río Arga nace en el collado de Urkiaga situado en el macizo paleozoico de Quinto Real, al norte del Valle de Erro y desemboca al río Aragón en Funes tras recorrer una longitud fluvial de 145 kilómetros íntegramente por suelo navarro, formando una cuenca de 2.759 kilómetros cuadrados.
Antiguamente se llamó río Runa. 
A su paso por Peralta dibujaba grandes meandros antes de ser canalizado artificialmente entre Falces y Funes para evitar las riadas que anegaban los campos y las calles de la villa.
El conjunto de meandros quedaron así abandonados a su suerte. Dada la importancia de la fauna y la flora que alojaban los sotos entre sus riberas recibieron el tratamiento de enclaves ecológicos de interés. Los sotos Gil y Ramal Hondo quedaron clasificados como reservas naturales, y los sotos de la Muga y Santa Eulalia como enclaves naturales.




Sergio y Darío pescando en el río. Foto: Juani Rueda.

Al ser zona de paso de aves y de pesca, es frecuente la observación de aves como garzas, patos, halcones peregrinos, cigüeñas, buitres leonados, etc. 

Garza reposando sobre una rama seca. Foto: Sergio Urra.

Garza real. Foto: Sergio Urra.

Garza volando a ras del río. Foto: Sergio Urra.

Ánade real entre las rocas. Foto: Sergio Urra.

Pareja de azulones, macho y hembra. Foto: Sergio Urra.

Foto: Sergio Urra.

Dos cormoranes levantando el vuelo. Foto: Sergio Urra.

En sus orillas habitan mamíferos como nutrias, tejones, comadrejas y, sobre todo el visón europeo que aquí alberga una de las colonias más numerosas.
El visón europeo es un mamífero carnívoro semiacuático que está en peligro de extinción, aunque esta especie en Navarra está catalogada como vulnerable en el Catálogo de Especies Amenazadas. Vive en pequeños cursos fluviales con buen caudal y vegetación de ribera abundante, donde suele construir sus madrigueras.


Los sotos son bosques de ribera formados por sauces, chopos, alisos, fresnos, juncos, zarzas, ortigas y helechos. Es el lugar preferido por el visón europeo, pues aquí encuentra todo lo que necesita para su dieta, que está compuesta por los vertebrados que viven en sus orillas, entre los que podemos ver: ratas de agua, ranas, cangrejos de río, aves y peces.

Rana en la orilla. Foto: Sergio Urra.

No es de extrañar que en los tramos bajos de los ríos Arga y Aragón se encuentre la mayor colonia de visón europeo en Europa, con 80 ejemplares censados en 2008, mientras que en todo Navarra se estimó una población de 350 ejemplares. Todo ello permitió que se aprobara el desarrollo del proyecto LIFE Gestión ecosistemática de ríos con visón europeo en Navarra financiado con fondos de la Unión Europea.

La Sierra

Los Altos de Peralta, o Sierra de Arretxea, junto con el barranco de Vallacuera es uno de los paisajes más bellos de la Ribera de Navarra y un rincón de insólita belleza que despierta el interés del turismo ecológico europeo.
Se extiende desde los montes de Lerín, Andosilla y Falces hasta el cauce del río Arga en su parte oriental, donde rompe su línea de forma abrupta, con cuestas escarpadas y quebradas de difícil acceso.
El anticlinal de la sierra tiene su mejor representación geológica en las cimas de su parte central, formada por discretas elevaciones en forma de dientes que constituyen un paisaje sorprendente. 





Toda la geología obedece a una formación muy antigua en la que dominan los yesos grises mezclados con las arcillas, con afloramiento de sales que hacen del terreno poco favorable para la explotación agrícola.





Formación de pliegues geológicos a la vista.


Buitre leonado cobijándose entre las escarpadas rocas.



Vallacuera

El barranco de Vallacuera está formado por el sinclinal donde asoman pequeñas atalayas a modo de espolones entre los campos, semejando el movimiento de grandes serpientes, en el que se identifican hasta diez elevaciones a lo largo de más de 3 kilómetros, siete de las cuales alcanzan más de diez metros.

Foto: Sergio Urra.

La estación primaveral es la más propicia para visitar este insólito paisaje, en el que destacan los contrastes de los grises de los cabezos que asoman sobre los delicados verdes de los campos de trigo, a los que se añaden los tintes blancos de los yesos y el color crema de las arcillas. En este tiempo, el aire está perfumado con las flores del romero y el tomillo. Aquí se respira el silencio, sólo roto por el canto de algunos pajarillos como la calandria o la cogujada montesina. 
Toda una delicia para nuestros sentidos.

Foto: Sergio Urra.

Foto: Sergio Urra.

Entre los cultivos asoman las balluecas, o avena loca, las ontinas, el sisallo. Los tamarices y los romerales tapizan el terreno en el que destacan los yesos y donde se acumulan las sales arrastradas por las aguas pluviales. Aquí se refugian aves esteparias como las gangas, sisones, avutardas, alondras de Dupont... También se dejan ver con frecuencia aves rapaces como el águila real, el aguilucho pálido y el alcaraván.
En ocasiones, este enclave suele recibir la visita de corzos y jabalíes que bajan de las sierras pre-pirenáicas de la Zona Media navarra.

Foto: Sergio Urra.

Por la variedad de flora y fauna, y por su rareza en el continente europeo, el paraje de Vallacuera se incluyó en la red Natura 2000 como Lugar de Interés Comunitario, con la denominación de "Yesos de la Ribera Estellesa".
   

Paseos y sendas

La forma dentada de la sierra con las espectaculares panorámicas desde sus acantilados y farallones, así como los serpenteantes meandros del río entre los que florecen los sotos, componen un entorno ecológico de primer orden. Para su aprovechamiento y disfrute se han desarrollado diferentes rutas convenientemente marcadas y señalizadas.
El desarrollo de algunos proyectos de mejora medioambiental y la reforestación de algunas zonas con especies autóctonas, han propiciado a embellecer estos caminos.
Los esfuerzos de mejora del entorno ecológico se han enfocado en la desembocadura del Barranco de Vallacuera, y el acondicionamiento y mejora ambiental del Soto de la Muga, así como el Soto de Abajo y el molino de Falces.





En el paseo urbano que discurre junto al río Arga hay una escultura de hormigón armado, obra del escultor Joxe Ulibarrena Arellano. Se titula "Hermandad-Anaitasuna", está representada por dos figuras de cuerpos policromados que unen sus brazos por encima de sus cabezas.
Joxe Ulibarrena nació en Peralta en 1924; afamado escultor, etnógrafo y promotor cultural, sus obras se caracterizan por la fuerza expresiva y el volumen de sus formas, con las que trata de ofrecer un canto a la historia y la libertad de su tierra.




Flora y fauna

A continuación una muestra de fotografías realizadas por Sergio Urra sobre la fauna y la flora que habita en los sotos de ribera y en los barrancos de los montes de Peralta.

Buitre leonado (Gyps fulvus). Foto: Darío Urra Rueda


Aguilucho ratonero (Buteo buteo)

Alcaudón común (Lanius senator)


Agateador común (Certhia brachydactyla)

Collalba rubia (Oenanthe hispanica)

Jilguero europeo o cardelina (Carduelis carduelis)

Abejaruco común o europeo (Merops apiaster)


Garza real (Ardea cinerea)

Lavandera blanca (Motacilla alba)

Ánade real o azulón (Anas platyrhnchos)

Cormorán grande o negro (Phalacrocorax carbo)






Briofita o musgo (Polytrichum commune)

Seta creciendo entre el musco.


Saludos / Agurrak